Aunque quizá le falte una coma, creo que la frase se puede explicar igual. La Santa Hermandad era una fuerza de seguridad en la Castilla del siglo XV para defender a los poblados de los ladrones y salteadores, y se distinguían por el color verde de las mangas que asomaban de sus chalecos de cuero. En un principio fueron muy eficientes, pero con el tiempo comenzaron a demorarse en llegar al sitio de los atracos, para no tener que enfrentarse a los delincuentes. Por ese motivo la gente les gritaba con ironía «¡A buenas horas llegan los mangas verdes!», y la frase quedó, ya disuelta la fuerza policial, para destacar un hecho que se produce tarde, fuera del momento oportuno.
"Cada vez que iba a casa de mi abuela a ayudarla con algo, siempre me recibía con un '¡a buenas horas, mangas verdes!'."