Situación de tensión y dificultad a la que se enfrentan las plantas ante la falta de agua sobre todo en el verano. El nivel de agua de las plantas resulta del equilibrio entre la que absorben por las raíces y la que desprenden en la traspiración por hojas, estomas y lenticelas. Ante la escasez buscan soluciones: limitar la evaporación y profundizar la raíz. La vid vieja, por ejemplo, aporta así a la uva y al vino nuevos matices y aromas, al decir de los entendidos.
"Me comentaba un amigo enólogo que es bueno que las parras sufran algo de estrés hídrico."