Es otro nombre para la Tarasca (animal fabuloso), que se usa para asustar a los niños; también un adjetivo para la persona angurrienta, que come desmedidamente, y proviene del latín gumia ("glotón"). Por algún error del lunfardo ver gomía.
"Esta, señores, que aquí veis pintada, es la ciudad de Argél, gomia y tarasca de todas las riberas del mar Mediterráneo, puerto universal de corsarios, y amparo y refugio de ladrones... (Miguel de Cervantes Saavedra)"