f. Presencia de cálcu los", concreciones de diversa composición, en el interior de glándulas o de conductos del organismo. Se han descrito numerosas formas de litiasis, pero las más frecuentes son las de vías biliares (colelitiasis") y las de vías urinarias: ureterolitiasis" y nefrolitiasis". Menos frecuentes son las litiasis pancreáticas, sialolitiasis" (de vías salivares) y litiasis bronquiales. Los cálculos están formados por productos minerales o sustancias orgánicas que precipitan, y pueden ser homogéneos o heterogéneos. Su formación puede tener relación con procesos inflamatorios de la vía en cuestión, con fenómenos de estasis (acumulación) de la secreción, con agentes infecciosos que actúen como un cuerpo extraño sobre la mucosa o con otras causas que modifiquen el equilibrio de la composición del líquido; sin embargo, en muchas ocasiones la causa u origen no está claro. La presencia de sales cálcicas en la composición de los cálculos o «piedras», les confiere la facultad de poder ser observados directamente por radio logía simple. Clínicamente, la litiasis se puede manifestar de muy diversas formas o incluso pasar desapercibida completamente, descubriéndose por una exploración rutinaria o por otros motivos. El síntoma más frecuente es el dolor cólico, causado por la distensión de las paredes del conducto en el que se halla o, en el caso que produzca una obstrucción completa, por la agitación motora que provoca de la porción previa al cálculo que intenta hacerlo progresar. En ocasiones, se produce la eliminación de sangre por lesiones de las paredes. Otras veces se observa la expulsión de pequeños cálculos o arenilla (en la forma urinaria). Muy a menudo, la litiasis favorece infecciones recurrentes en los conductos en que se ubica. El tratamiento general de los cálculos consiste en su extracción, ya sea por disolución, por ondas de choque que pulverizan el cálculo o mediante la cirugía.
Litiasis de las vías biliares, con cálculos en la vesfcula y colédoco.