Durante la pandemia de COVID-19 muchas ciudades instauraron una cuarentena preventiva y evitaron la circulación de los habitantes. Sin embargo, había excepciones para casos de necesidad, que algunos vecinos no aceptaban y por eso salían a los balcones a expresar su disconformidad con los transeúntes en forma de amenaza, insulto, esputo y métodos semejantes. Por otro lado, aprovecharon la salida al balcón para vigilar a los demás vecinos, y denunciarlos si no cumplían con alguna norma, o si no aplaudían y cantaban el himno nacional a las nueve de la noche, por ejemplo. El ingenio popular bautizó a estos especímenes urbanos como 'balconazis', "intolerantes y supuestos ultranacionalistas de balcón". Ver nazi.
"Como todo balconazi respetable, yo salía a mi terraza con el rifle sanitario para evitar que esos apátridas impertinentes circularan por las calles esparciendo sus pestes."