Locución latina del poeta romano Horacio, contenida en su obra Odas, I, 11. La versión original es «Carpe diem quam minimum credula postero»: Aprehende al día (presente), que (pues) mínimo crédito al posterior (traducción literal). Resumida, significa «aprovecha el día». Con cierta holgura, equivaldría a «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», o a «vive cada momento como si fuera el último». Carpe es el imperativo del verbo «carpere»: arrancar, captar, desgajar, recoger, tomar. Diem es el acusativo del sustantivo «dies»: día.