En origen es el adjetivo y pronombre posesivo latino, meus mea meum, (masculino, femenino y neutro), que en castellano evolucionó a mío y en gallego y catalán a meu, en plural meus, míos. "Adiós ríos, adiós fontes,/ adiós regatos pequenos,/ adiós vista dos meus ollos,/ non sei cando nos veremos," decía nuestra Rosalía.
"Queridiña dos meus ollos es otra hermosura de Rosalía de Castro"