En lunfardo es un apócope de "garcador", alguien capaz de garcar (vesre de "cagar") a otro, en su acepción de estafar o perjudicar. Ver garco.
"La mentira es lo que cuenta para ser garca de ley. A empujones y codazos van haciéndose el cartel. Tienen claro a quien eligen para colgarse del brazo. Acostarse siempre es canje, jamás será por placer."