Nombre propio derivado de hippós, caballo y el verbo lyo, desatar: el que suelta los caballos. Título de una tragedia de Eurípides sobre el hijo de Teseo y una amazona, amante de la caza y las artes violentas, que desdeñaba a la diosa Afrodita, quien en venganza lo convirtió en el amor de su madrastra Fedra. Esta se suicidó al verse despreciada. Sobre Hipólito escribieron también Ovidio, Séneca, Racine y Unamuno.
"Hipólito murió arrastrado por sus propios caballos asustados."