aneurisma
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¿ aneurisma cirsoideo: malformación vascular consistente en un mazacote de vasos arteriales, venosos y capilares excesivamente dilatados, que comunican recíprocamente y que se suelen localizar en la cara, cuero cabelludo y extremidades. (Aparte del efecto antiestético que produce, puede complicarse con la rotura, por lo que es aconsejable extirpar los aneurismas de gran tamaño.)
¿ aneurisma disecante: tipo de aneurisma en el que la sangre se introduce entre las túnicas íntima y adventicia de la arteria, originando una dilatación de la misma y una segunda cavidad, dentro de la pared, que en su crecimiento puede dificultar la circulación por la luz del vaso. (El tratamiento de la mayoría de los aneurismas disecantes es quirúrgico, pues su evolución natural es el crecimiento y la rotura.)
¿ aneurisma micótico: el causado por la anidación y crecimiento de microorganismos en la pared arterial.
aneurisma m. Dilatación limitada y permanente de una porción de un vaso sanguíneo, especialmente una arteria o el corazón. ¿ aneurisma arterial: aquel consecuente a la pérdida de resistencia de la pared arterial por tres posibles causas: arteriosclerosis, sífilis o traumatismo.
Hay un tipo especial de aneurismas, el localizado en las arterias cerebrales, cuyo origen puede ser congénito (por malformaciones en su desarrollo) o consecuentes a inflamaciones de la pared arterial. Pero la causa más frecuente de los aneurismas arteriales es la presencia de placas de colesterol (atero-mas*) en la pared de las grandes arterias, que las debilita y facilita su dilatación debido a las altas presiones a que están sometidas. Los aneurismas arteriosclerosos suelen localizarse en los grandes troncos arteriales, sobre todo en la aorta abdominal y arterias iliacas y poplíteas (situadas en la cara posterior de la rodilla). Los aneurismas sifilíticos asientan casi siempre en la aorta ascendente. La evolución
natural de un aneurisma es: crecer en volumen, a menudo comprimiendo órganos vecinos; facilitar la formación en su interior de trombos; y, en último término, romperse y producir una hemorragia.
¿ aneurisma arteriovenoso: comunicación directa entre una arteria y una vena, de origen traumático o congénito.
La comunicación entre un vaso arterial, con una presión sanguínea elevada, y una vena, con un régimen tensional bajo, hace que ésta se dilate y pueda ser reconocida como una tumoración que pulsa coincidiendo con los latidos cardíacos. Las consecuencias del aneurisma dependen del tamaño del mismo, pero habitualmente evoluciona a un trastorno de la circulación sanguínea que debe ser reparado quirúrgicamente.
¿ aneurisma cardíaco: complicación relativamente frecuente de los infartos de miocardio.
La necrosis de la pared muscular cardíaca suele desembocar en un debilitamiento de la misma, que no sólo pierde capacidad contráctil, sino que se hace menos resistente a la presión arterial que debe soportar y se dilata. Las consecuencias del aneurisma cardíaco pueden ser graves: posibilidad de rotura, formación de trombos y, lo más grave, trastornos en la función de bomba del corazón que actúan sobre un órgano ya deficiente.