calcio m. Metal amarillento; su símbolo es Ca.
El calcio está presente en casi todos los tejidos orgánicos y, de modo especial, en el esqueleto. La mayoría de las propiedades estructurales del hueso se debe al fosfato y carbonato de calcio; además, es un nutriente esencial en la regulación de la coagulación sanguínea, la contracción muscular, la conducción de impulsos nerviosos, la función de la membrana celular, la acción enzimática y la estabilización del ritmo cardíaco. El calcio es muy abundante en los alimentos, particularmente en la leche y el queso, y también en los granos de cereales, legumbres, nueces y hortalizas. La cantidad de calcio diaria recomendada para los adultos es de 800 mg, siendo muy superior para lys niños y las mujeres gestantes o en período de lactancia. Muchos compuestos de calcio encuentran empleo en terapéutica, tanto para administración oral como endovenosa; así, se utiliza en el tratamiento de enfermedades nerviosas por deficiencia de calcio (tetania, espasmofilia), en enfermedades alérgicas (fiebre del heno, urticaria), en algunas enfermedades cutáneas (acné, dermatosis), en las tuberculosis pulmonar y pleural, etc.