diástole f. Relajación del corazón o de las arterias en el momento del aflujo sanguíneo.
En la mecánica cardíaca, la actividad del corazón se inicia con la pre-sístole y continúa con la sístole*. Al final de esta segunda fase, la presión intraventricular alcanza valores inferiores a los arteriales, con lo que las válvulas semilunares se cierran, iniciándose la diástole, tercera fase del ciclo cardíaco que tiene una duración total de 0,4 segundos. Durante dicha fase, tanto las aurículas como los ventrículos están en diástole. En éstos, la presión llega rápidamente a cero y se mantiene próxima a este valor durante casi toda la diástole ventricular. Cuando la presión auricular supera los valores de la presión intraventricular, las válvulas auriculoventriculares se abren y la sangre comienza a fluir en los ventrículos. Durante la fase inicial diastólica hay una rápida repleción ventricular a causa de la diferencia de presión entre las aurículas llenas de sangre y los ventrículos casi vacíos. A esta primera fase de llenado rápido sucede una segunda fase de llenado lento; durante ella, el gradual llenado ventricular hace disminuir el flujo de sangre venoauricular. En el último período de la diástole ventricular, o sea con el inicio de la presístole, hay nuevamente una fase de llenado rápido a causa de la contracción auricular. Como se ha dicho, en la diástole, la presión intraventricular cae al principio hasta cerca de los cero milímetros de mercurio de presión; sin embargo, a pesar de la falta de contracción durante dicha fase, el flujo y la presión arterial son considerables, ya que la elasticidad arterial los mantiene elevados. Durante este período diastólico, la presión auricular y ventricular se hallan prácticamente igualadas, con lo que la sangre pasa entonces desde la aurícula al ventrículo a través de la válvula mitral. Es importante tener esto en cuenta, ya que de ello se deduce que en la estenosis mitral se hallará un gradiente de presión diastólico a través de la válvula mitral, mediante cateterismo,
diarreas se pueden clasificar en: diarreas por afecciones del tubo digestivo, tales como las diarreas por indigestión (comida o bebidas en mal estado, frutas verdes, etc.), gastró-genas (alteraciones gástricas que permiten pasar al intestino los alimentos mal digeridos), por las enterocolitis y colitis crónicas (tifus abdominal, cólera, disentería bacilar), por divertículos (diverticulitis, sobre todo de la S iliaca); diarreas por afecciones de órganos relacionados con el tubo digestivo, tales como las diarreas por insuficiencia pancreática (diarrea muy abundante, pastosa, muy grasienta [esteatorrea], debida a la falta de la acción de la li-pasa pancreática que, normalmente, desdobla las grasas en ácidos grasos y glicerina); por insuficiencia hepática (por obstrucción de las vías biliares), en las cirrosis atró-ficas, en estados de colecistitis crónica, etc.; diarreas por intoxicaciones endógenas, tales como las diarreas por uremia, por gota o por intoxicación acidósica (diabéticos); diarreas de origen medicamentoso, tales como la diarrea mercurial, por enteritis estafilocócica después de la administración de antibióticos, por la ingestión de aspirina, etc.; diarreas en las intoxicaciones alimentarias, tales como las producidas por los alimentos infectados de salmonelas, las debidas al botulis-mo, en la intoxicación por setas, etc.; diarreas en las infecciones agudas (disentería, cólera, tifus); diarreas en los estados de carencia (pelagra, beriberi, esprue); diarreas de origen endocrino (en el hipertiroi-dismo, en la enfermedad de Addi-son, en los diabéticos); diarreas de origen circulatorio (insuficiencia circulatoria, aortitis abdominales); diarreas de origen nervioso (diarrea emocional, en las neurosis, en la tabes). En el tratamiento de las diarreas agudas, además de las normas dietéticas correspondientes, se trata de emplear todos los medios encaminados a evitar la hipersecre-ción e hipercinesia intestinal (excesivo movimiento intestinal), así como el aumento de la flora microbiana anómala. Existen varios medicamentos al respecto: carbón medicinal, adsorgan, dermatol, co-deína, extracto de belladona, extracto de opio, etc.; pueden emplearse también las asociaciones con antibióticos tipo estreptomicina o neomicina. Contra la flora microbiana anómala suele ser beneficiosa la quimioterapia intestinal,