dolor
El dolor es una impresión que percibe el tálamo cerebral.
comprende dos procesos fisiológicos principales: la percepción del dolor y la reacción de respuesta al estímulo algogénico (que produce dolor), que constituye un proceso fisiopatológico complejo. En clínica, se suelen distinguir varios tipos de dolor. El dolor superficial (síndromes dolorosos provocados por agentes algogénicos en la piel o en las mucosas) es vivo, punzante, determina una rápida reacción de defensa y es fácilmente localizable en cualquier punto. El dolor profundo, en cambio, se caracteriza por una sensación sorda, penosa, difusa, escasamente localizable y comporta una serie de fenómenos depresivos (náuseas, sudoración); comprende los síndromes dolorosos musculares, articulares y óseos, neuralgias y neuritis, o bien los síndromes dolorosos viscerales (corazón, estómago, hígado). El dolor de proyección se advierte en un punto distante del lugar de estimulación algogénica primitiva, siendo, en esencia, una modalidad del dolor profundo. La expresión dolor psi-cógeno o psíquico se aplica a un grupo de síntomas definidos por los pacientes como dolorosos, pero en m. Impresión anormal y penosa, recibida por una parte viva y percibida por el cerebro. Generalmente se admite que los receptores específicos para el sentido del dolor son las terminaciones nerviosas libres, existentes en gran número en la piel y en todos los órganos dotados de sensibilidad doloro-sa. Estas terminaciones confluyen en fibras nerviosas, que se dirigen hacia sus células de origen situadas en los ganglios nerviosos de las raíces espinales posteriores. Desde allí, el impulso doloroso pasa directamente a la médula espinal y se transmite a la neurona conectora, que conduce el impulso dploroso a lo largo de la médula espinal hacia los centros superiores. Las fibras de las neuronas conectoras forman, en esta médula, el fascículo espinota-lámico lateral, que termina en un núcleo nervioso del tálamo*. De allí parten conexiones nerviosas hacia la corteza cerebral, especialmente hacia la circunvolución poscentral. De todo ello se desprende que el dolor es una percepción específicamente talámica; no obstante, dadas las estrechas relaciones entre el tálamo y la corteza cerebral en el hombre, se comprende la intervención de complejos factores psicológicos que modifican la primitiva sensación física del dolor. El dolor