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Significado de fractura




Diccionario Abierto de Medicina

fractura
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f. Rotura de un hueso. Las fracturas se dividen en: traumá­ticas, cuando son producidas por un traumatismo único y violento que actúa sobre tejido óseo sano; patológicas, cuando la solución de continuidad se realiza en un tejido óseo alterado por un proceso patológico mediante un traumatismo a veces de mínima intensidad, y espontáneas, cuando tienen lugar por efecto de acciones musculares normales o a consecuencia de una sobrecarga. En cuanto a la patogenia de las fracturas, pueden realizarse por flexión, por compresión o aplastamiento, por torsión O por cizallamiento de porciones esqueléticas por parte de inserciones tendinosas, ligamentosas, capsulares, etc. Por otro lado, las fracturas pueden ser directas (cuando tienen lugar en la parte del esqueleto en que se verifica el traumatismo), indirectas o por contragolpe (producidas a distancia, por efecto secundario de la acción traumática) o mixtas. También pueden ser simples (dos fragmentos), dobles (tres fragmentos), triples (cuatro fragmentos) o conminutas (de numerosos fragmentos). Según la dirección de la línea de fractura respecto al eje longitudinal de los huesos largos, pueden ser transversas, oblicuas, espiroideas o longitudinales. En los huesos largos, y según la localización, las fracturas se dividen en: diafisarias, metafisarias o epifisarias. En una fractura simple hay una lesión directa e indirecta del tejido. El propio traumatismo causa una lesión directa; rompe el hueso y desgarra los tejidos blandos que lo acompañan. A consecuencia del traumatismo, todos los vasos que cruzan la línea de fractura están desgarrados. El primer resultado es que la sangre sale de ellos y se acumula en la zona fracturada. Esta sangre se coagula rápidamente y forma una masa en la propia fractura y a su alrededor (coágulo). El segundo tipo de lesión es indirecto; depende de que los extremos de los vasos sanguíneos desgarrados se cierran por mecanismos homeostáticos (relacionados con la circulación sanguínea) y se interrumpe la circulación en todos ellos hasta la zona donde se anastomosan (conectan) con vasos todavía en función. La falta de circulación en estos vasos (causa indirecta de la lesión tisular) origina la muerte del tejido, es decir, la muerte de los osteocitos' en una zona considerable a cada lado de la línea de fractura (hueso muerto). Por tanto, cuando se produce una fractura el hueso muere, no sólo en la misma línea de la fractura por efecto directo del traumatismo, sino también a considerable distancia a cada lado por interrumpirse la circulación en los vasos que atraviesan esta línea de fractura. Los mismos factores causantes de la muerte del hueso explican la del tejido perióstico (que rodea al hueso) y de parte del tejido medular a cada lado de la línea de fractura, aunque esta necrosis no se produce a tanta distancia por tener ambos tejidos mejor riego sanguíneo que el del hueso. Una fractura se repara por crecimiento de tejido nuevo que se desarrolla a la altura del foco de fractura y a su alrededor; este tejido nuevo, que tarde o temprano formará un puente entre los fragmentos uniéndolos, recibe el nombre de callo: el callo que rodea los extremos opuestos de los fragmentos óseos se denomina callo externo, mientras que el que se forma entre los dos extremos de los fragmentos y entre las dos cavidades medulares se denomina callo interno. Cuarenta y ocho horas después de producirse una fractura, o incluso antes, las células a las que corresponderá la reparación se di­viden activamente por mitosis y aumentan considerablemente en número. Las células de la capa profunda del periostio de ambos fragmentos cercanas a la línea de fractura constituyen una capa de varias células de espesor. A consecuencia de este crecimiento, la capa fibrosa del periostio se aleja del hueso en esta localización. Las células del periostio interno que revisten la ca­vidad medular, o cubren las trabé­culas (prolongaciones de sustancia ósea que limitan las cavidades de sustancia esponjosa) de ésta situadas cerca de la línea de fractura, también proliferan. De este modo, se van formando alrededor de cada fragmento los collares, en cuyas partes externas se desarrolla el cartílago. Tarde o temprano, los collares de los dos fragmentos se reúnen y funden, lo que significa que se ha logrado la unión de los dos fragmentos. La unión también se completa en la cavidad medular gracias al desarrollo de trabéculas que forman un puente. La fractura constituye una lesión bastante común, pudiendo afectar a numerosas partes del esqueleto. Son frecuentes: la fractura de la base del cráneo; la fractura de Col/es (rotura del extremo inferior del radio); la fractura de Dupuytren (rotura de la extremidad inferior del peroné o maleolo externo); la fractura de Pott (fracturaluxación de la articulación del tobillo); la fractura de Quervain (fracturaluxación de la muñeca); la fractura transcervical, que atraviesa el cuello del fémur; etc. En particular, las fracturas obstétricas son las que ocurren en el recién nacido en el momento del parto debido a un trauma; la más común e importante de este tipo de fractura es la de clavícula. Fractura de tibia y peroné reducida con la colocación de clavos. Distintos tipos de fractura: 1) transversal, 2) oblicua, 3) en forma de espiral y 4) longitudinal -todas ellas fracturas completas-; 5) fractura incompleta en caña verde (un lado está roto y el otro encorvado).




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