f. Grado excesivo de acidez; casi siempre el término se emplea para designar la hiperclorhidria o exceso de acidez en el jugo gástrico, debida normalmente a un aumento de la secreción de ácido clorhidrico por parte de las células gástricas.
La hiperacidez es la causa de la gastritis por exceso de ácido clorhidrlco (hiperclorhidrica), aliviada por la ingestión de alimentos y por los productos alcalinos. Se manifiesta en forma de dolores que sobrevienen a: final de las digestiones, por regurgitaciories ácidas y, a veces, por vómitos y una mayor lentitud del trabajo digestivo. El análisis del jugo gástrico acusa hiperclorhidria. En cuanto a las causas de hiperacidez, hay que suponer sin duda un factor constitucional, que explica el que haya familias con esta tendencia, independientemente de los hábitos alimentarios. Sin embargo, éstos son importantísimos: en general, favorecen la aparición de hiperacidez los excesos de picantes, de alcohol y, tal vez, de ciertos hidratos de carbono; el desorden y mala repartición de las comidas, etc. Además, el estómago puede tener sensibilidad especffica para ciertos alimentos. Las intoxicaciones juegan también un importante papel; las más habituales son por el alcohol y tabaco (éste muy importante). Son muy interesantes en esta etiologra los medicamentos; todos ellos pueden ser responsables. Son, por ejemplo, causa muy frecuente de hiperacidez la aspirina u otros calmantes que se toman espontáneamente y el enfermo olvida. Muchas hiperclorhidrias tienen un origen terapéutico. El exceso de bicarbonato u otros alcalinos puede intensificar y entretener una hiperclorhidria. También cabe destacar la hiperacidez de algunos enfermos diabéticos tratados con insulina. Muchas veces, el origen de este trastorno está en la aspiración de gases de ciertas industrias, principalmente el hidrógeno sulfurado. Finalmente, la influencia psfquica (emociones, aburrimiento, disgustos, nerviosismo, angustia, etc.) sobre la secreción gástrica, asf como en tos trastornos dispépticos consecutivos, a través probablemente del diencéfalo, es incuestionable y muchas veces fundamental. El tratamiento de la hiperacidez es sobre todo dietético: comidas frecuentes y moderadas, evitar alimentos picantes y condimentos fuertes, reducir o eliminar el consumo de café, tabaco, alcohol, etc. Eventualmente, puede estar indicada la administración de fármacos antiácidos yantisecretores.