f. Exaltación de la sensibilidad olfatoria. Este trastorno del olfato no debe confundirse con la oxiosmia, o sensibilidad especial, fisiológica y natural, que poseen ciertas personas para percibir los olores. En la hiperosmia, los olores se perciben con una intensidad tal que produce molestia, cosa que no ocurre en los individuos que presentan oxiosmia. En ocasiones, la hiperosmia se manifiesta en forma de reflejos, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, crisis asmáticas reflejas, trastornos circulatorios, etc. Se observa raramente en casos de neuralgia del trigémino; en algunas personas que sufren de jaquecas existe una intensa hiperosmia durante el acceso; también se observa en casos de meningitis y de tétanos, así como en determinados estados neurocrinos que a veces acompañan al embarazo, a la menopausia, al hipertiroidismo, etc. Entre las causas periféricas destacan diversas clases de rinitis. El tratamiento es el de la causa que produce el síndrome.