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Significado de neumonía




Diccionario Abierto de Medicina

neumonía
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f. Proceso inflamatorio del parénquima pulmonar en el que se produce exudación e infiltración celular en los alvéolos, intersticio y bronquiolos respiratorios. El proceso inflamatorio de la neumonía conduce a una condensación del parénquima y, en consecuencia, a una pérdida de la ventilación de los espacios aéreos. Puesto que, en principio, se mantiene la circulación sanguínea, al no poder producirse intercambio gaseoso la sangre ve reducida su oxigenación (efecto shunt), deteriorándose la función respiratoria. Esta situación es la causa del principal síntoma de esta enfermedad: la disnea o dificultad respiratoria. Otros síntomas comunes de las neumonías son la tos, con o sin expectoración, la fiebre y el dolor torácico en «punta de costado-. Las neumonías reconocen numerosas causas productoras. La causa más importante por su frecuencia (90"10) es la infecciosa, siendo los gérmenes más comúnmente implicados las bacterias (sobre todo neumococos) y los virus (influenza, respiratorio sincitial, adenovirus), si bien pueden reconocerse como agentes responsables las rickettsias, clarnidias, hongos y parásitos. Otras neumonías son debidas a fenómenos alérgicos, a trastornos circulatorios (neumonía infártica), a lesiones primitivamente bronquiales (bronquiectasias), a tó­xicos (gases irritantes, neumonitis urémica), etc. Según la extensión y la localización topografica de la inflamación pulmonar, se distinguen neumonías lobares, lobulillares o bronconeumonías (diversos focos neumónicos de pequeño tamaño diseminados) e intersticiales (infiltrado intersticial pulmonar). En condiciones normales el pulmón posee toda una serie de mecanismos defensivos que aseguran la esterilidad del epitelio de los bronquiolos respiratorios y sacos alveolares. Entre ellos se cuentan: la glotis, que cierra el paso de cuerpos extraños a la tráquea; el moco, segregado por el epitelio glandular del árbol respiratorio, que atrapa aquellas partículas que han sorteado la glotis; los cilios vibrátiles que tapizan las vías aéreas, barrera, filtro y motor que empuja la salida del moco polucionado; los macrófagos alveolares, las inmunoglobulinas G y A localizadas en esta posición, así como otras sustancias de tipo defensivo que destruyen los gérmenes que hubieran podido alcanzar los alvéolos. Sin embargo, en ocasiones estas barreras son superadas, lo que produce la colonización por gérmenes y desencadena el proceso inflamatorio pulmonar. La vía de llegada de los agentes infecciosos es fundamentalmente la vía respiratoria, pero pueden también llegar por vía hemató­gena, en el curso de una sepsis (infección) o por contigüidad a partir de procesos infecciosos del mediastino, de la pleura o del otro lado del diafragma (cavidad abdominal). Existen circunstancias que predisponen a la instauración de una neumonía al disminuir las defensas del sujeto; entre éstas podemos citar el haber padecido recientemente una enfermedad viral de vías respiratorias (sobre todo la gripe), el ser fumador o bebedor importante, el sufrir alguna enfermedad general debilitante (neoplasia, insuficiencia cardíaca, diabetes, etc.) y los ambientes de bajas temperaturas. El diagnóstico de neumonía se suele hacer generalmente por la exploración clínica del paciente. A la auscultación de la pared torácica se pueden descubrir sonidos crepitantes (ruidos húmedos semejantes a burbujas) al hacer inspirar profundamente al enfermo, así como cambios en los ruidos auscultatorios normales. Las condensaciones 10- bulares se aprecian a la percusión torácica en forma de matidez (sensación mate) acusada en la región afectada, la cual se corresponde con un aumento de las vibraciones vocales al palpar dicha región y solicitar al paciente que pronuncie alguna palabra. El dolor torácico intenso y punzante que se presenta con frecuencia en personas afectas de neumonía se debe a la irritación de la pleura por vecindad del proceso inflamatorio o por afectación de la misma. Alrededor de un 10 En el curso de la neumonía se produce una inflamación del tejido pulmonar. de neumonías se acompañan de derrame pleural, visible a la exploración radiológica y que puede ser evacuado por punción transparietal. La radiología simple de tórax nos confirma el diagnóstico y permite seguir la evolución del proceso. El análisis de sangre suele poner en evidencia la presencia del síndrome infeccioso: leucocitosis (aumento del número de leucocitos) con desviación a la izquierda. El diagnóstico de seguridad se puede hacer analizando el esputo del enfermo por la visualización directa del germen o su cultivo. El tratamiento de las neumonías bacterianas, por rickettsias y c1amidias, se efectúa con el antibiótico adecuado en cada caso. Las neumonías víricas no tienen un tratamiento curativo especffico, aplicándose medidas sintomáticas (antitérmicos, antiinflamatorios y oxigenoterapia). En la actualidad las neumonías son procesos tratables, y el desarrollo de los antibióticos ha permitido disminuir de forma importante la tasa de mortalidad por esta enfermedad; sin embargo, el hecho de que se consiguen supervivencias prolongadas de personas debilitadas por enfermedades generales, hace que actualmente se vea un mayor nú­mero de procesos neumónicos causados por gérmenes oportunistas. Así, se observa una creciente proporción de casos por gérmenes gramnegativos (como la neumonía de Friedlander por Klebsie/la), por Legione/la pneumophila, Pneumocystis carinii, etc., que son causa importante de mortalidad. - neumonfa atípica: forma clínica de neumonía que se diferencia del cuadro clásico de la neumonía neumocócica en que la instauración del proceso suele ser más lenta. Se inicia en forma de dolores de cabeza y musculares, no suele presentar escalofríos, la fiebre es moderada o ligera, no produce expectoración de sangre y es infrecuente el derrame pleural acompañante. La radiología torácica no muestra una condensación lobar sino más bien infiltrados segmentarios irregulares alrededor de los hilios* (bronquios) o infiltrado intersticial. Los principales agentes productores de neumonía atípica son el micoplasma (Mycoplasma pneumoniae) y los virus (del sarampión, de la gripe, respiratorio sincitial, coxsackie y herpes virus), siendo menos frecuentes las clamidias (ornitosis) y las rickettsias (fiebre Q). - neumonía neumocócica: forma clásica de neumonía causada por Steptococcus pneumoniae (neumococo"), que se reconoce como su causa más frecuente. Clínicamente, la neumonía neumocócica se manifiesta por un inicio brusco con fiebre alta, sudoración, escalofríos, tos, expectoración herrumbrosa (color amarronado) y, a menudo, dolor torácico. Estos síntomas definen el cuadro conocido por neumonía típica. Se afecta generalmente un lóbulo pulmonar (neumonía lobar) que puede visualizarse en una radiografía torácica como una condensación. El tratamiento se hace con penicilina a grandes dosis.




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