m. Expulsión, con o sin ayuda, del feto maduro y de los anexos fetales.
En la especie humana, el parto se produce generalmente a los 280 días después de la última menstruación, que es cuando el feto se considera apto para vivir y desarrollarse fuera del útero materno. Cuando ocurre entre los 180 y 260 días después de la última menstruación, se habla de parto prematuro; si se verifica después de los 295 días, se habla de parto tardío. El mecanismo del parto se inicia por la acción de las hormonas del lóbulo posterior de la hipófisis y cuerpo amarillo y la de los estrógenos sobre las terminaciones vegetativas del útero. Se habla de parto natural cuando éste se desarrolla sin intervención activa del médico y sin complicaciones, lo que requiere una adecuada educación y preparación psicofísica de la embarazada. El parto no natural, más largo y doloroso, requiere la asistencia médica activa. Cuando existen alteraciones dinámicas o mecánicas, o anomalías maternofetales que imponen un parto operatorio, se habla de parto patológico o distócico. En el parto se distinguen tres fases: de dilatación del cuello uterino, de expulsión y de alumbramiento, que termina con la expulsión de la placenta. El elemento esencial para el desarrollo del parto es la contracción uterina, que es dolorosa, involuntaria e intermitente. Desde el punto de vista del feto, se distinguen cinco tiempos: reducción, encajamiento (en la excavación pelviana), descenso y rotación interna, desprendimiento (la cabeza fetal pasa por el estrecho inferior de la pelvis y comisura de la vulva) y rotación externa. Otro aspecto importante del parto, es el tipo de presentación del feto, es decir, la parte de éste que sale en primer lugar. La presentación más frecuente es la cefálica y, en particular, la de occipucio. Presentaciones consideradas no fisiológicas son las pélvicas, las podálicas y las transversas. Cada día es más frecuente la preparación física y psicológica de la embarazada con anterioridad al parto mediante diversas técnicas, que constituye lo que se conoce por parto sin dolor. A este respecto hay dos tendencias: el método inglés y el método ruso. El primero tiende a que la mujer llegue a controlar el mecanismo físico del parto, especialmente la relajación, por medio de ejercicios físicos previos; el segundo, también llamado psicoprofiláctico, intenta crear en la embarazada una serie de reflejos condicionados que le permitan adaptarse a cada fase del parto.
El parto puede ser natural, asistido o distócico (intervención quirúrgica).