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Significado de pelo




Diccionario Abierto de Medicina

pelo
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m. Formación epidérmica filamentosa. Al comenzar el tercer mes de vida fetal, la epidermis empieza a mandar zonas de crecimiento hacia abajo, que penetran en la dermis subyacente. Primeramente, éstas se forman en la región de las cejas, la barbilla y el labio superior, pero pronto se desarrollan en todas las partes del cuerpo que más tarde estarán cubiertas de piel delgada. Estos crecimientos epidérmicos hacia dentro se transforman en folículos pilosos, que dan origen a los pelos. De este modo, el feto, hacia el sexto mes, está cubierto de pelos muy finos que constituyen el lanugo, que se desprende antes del nacimiento excepto en la región de las cejas, párpados y cuero cabelludo, donde los pelos persisten y se vuel­ven resistentes. Unos meses después del nacimiento, estos pelos caen y son sustituidos por otros pelos más gruesos; en el resto del cuerpo crece pelo nuevo, por lo que el niño queda recubierto de una capa de pelo suave denominada vello. Al llegar a la pubertad, se desarrollan pelos gruesos en las axilas y en el pubis; en los varones también en la cara y, en menor grado, en otras partes del cuerpo. Los pelos gruesos del cuero cabelludo y de las cejas, así como los que se desarrollan en la pubertad, reciben el tronco del pelo El pelo se desarrolla a partir del folículo piloso (matriz germinativaJ y crece por la conversión de las células epidérmicas en queratina. nombre de pelos definitivos, para distinguirlos del lanugo y el vello. La especie humana, en comparación con el resto de los mamíferos, no tiene mucho pelo, y la mayor parte de su cuerpo está sólo recubierta de un vello muy fino; en consecuencia, el pelo no constituye un factor importante para retener el calor corporal. Sin embargo, tiene gran valor que la piel posea folfculos pilosos, que sirven para reparar la epidermis lesionada por desgarros y quemaduras y permiten la realización de injertos de pequeñas porciones de piel. La parte más profunda del folículo piloso recibe el nombre de matriz germinativa, ya que produce el pelo. La parte comprendida entre la matriz y la superficie recibe el nombre de vaina radicular externa del folículo. Los pelos crecen gracias a la continua proliferación de las células epidérmicas de la matriz germinativa y de la con­versión sucesiva de estas células en queratina* a medida que son desplazadas hacia la parte superior del folículo. Dichas células forman otra estructura adicional para el pelo, en forma de vaina tubular, que se va desarrollando hacia arriba alrededor del pelo para separarlo de la vaina radicular externa; es la llamada vaina radicular interna, formada de queratina blanda. Cuando un folículo piloso se desarrolla, cierto nú­mero de células de lo que más tarde será la vaina radicular externa del tercio superior del folículo crecen, extendiéndose por la dermis adyacente, y se diferencian en glándulas sebáceas. En la vaina de tejido conectivo del folículo piloso se inserta un pequeño haz de fibras musculares lisas, inervadas por el sistema nervioso simpático, que forman el músculo erector del pelo. Cuando los músculos erectores del pelo se contraen, no sólo empujan todo el folículo piloso hacia afuera, sino que hacen que quede dispuesto más perpendicularmente: los pelos -se ponen de punta«: además, la contracción tiende a provocar «hoyuelos» en la piel; el resultado de todo ello es la denominada «piel de gallina». El frío constituye un estímulo importante para desencadenar el reflejo que hace que los músculos erectores del pelo se contraigan: el objetivo es exprimir secreción sebácea encima de la superficie de la piel de modo que se produzca menos evaporación y por lo tanto la piel pierda menos calor.




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