Ablativo absoluto del latín que pasó al castellano como latinismo, (aquí sí lleva acento), con valor adverbial señalando el modo como se produce una decisión colectiva, sin discrepancia, por acuerdo unánime, por unanimidad, estando todos de acuerdo, sin discordia; al pie de la letra: no discrepando nadie, como también dice nuestro Diccionario Abierto.
"Convínose, pues, entre las mujeres, némine discrepante, en que no correspondían los méritos a la fama... (Don Gonzalo González de la Gonzalera, José M.ª Pereda)"