En principio es crear palabras con categoría de neologismo, pero esto tiene dos interpretaciones. Una es casi una ironía, porque claramente no es fruto de una ocupación: inicialmente aparece una necesidad de nombrar algo que a priori no tiene nombre y luego se puede decir que esta es el producto de 'neologizar'; aunque por culpa de publicistas, periodistas, escritores, influencers, todos con aspiraciones de trascendencia, termina siendo una mala palabra ya que por lo general se exoneran el vientre en la coherencia, en la etimología, en la lógica elemental con tal de inventar una voz pegadiza, o que suene a científica, o de aceptación popular, con la inconfesada ambición de que alguna vez sea citada y hasta incorporada en los diccionarios. Su otra acepción es la más asentada, y se refiere al síntoma en patologías psiquiátricas donde los enfermos crean su propio vocabulario usando recursos (o su interpretación de los recursos) lingüísticos como sustantivación, sinonimia, solecismo, asíndeton, elipsis, prótesis, epéntesis, paragoge, etc. De hecho, la palabra 'neologizar' está creada con el sustantivo neología unido al morfema -izar 😁.
"En un discreto número de delirantes, el 'neologizar' se lleva a cabo por inferencia. El loco que medita sobre el delirio [...] busca en el diccionario el vocablo que más se adapta para expresarlo. (Enrico Morselli)"