En principio es una forma de oposición, pero su sentido se hizo más amplio como aversión, asco, contradicción, ...
"Decime, ¿quién te ha engrupido? ¿Qué querés con tu elegancia? ¡Si me causas repugnancia!... ¡Pucha!... ¡Qué bronca me da! Agarra pronto el olivo porque ya ni quiero verte, o si no anda a esconderte. Rajá, por favor, rajá. (Ambrosio Rí"