Es un metal de transición de número atómico 74, también conocido como tungsteno. Hay diferentes opiniones sobre el origen del nombre, algunos se lo atribuyen al químico irlandés Peter Woulfe, pero lo más seguro es que sea una voz alemana donde wolf significa "lobo" y rahm es "nata, crema", y tendría un origen supersticioso por la historia minera sobre un demonio en forma de lobo y sus babas corrosivas, aunque también existe uno mitológico por hraban ("cuervo"), que junto con el lobo wolf son animales representativos de Odín.
"El nombre wolframio es más usado en España."