La palabra jagüel, en la Patagonia argentina al menos, hace referencia a un pozo de entre 1,50 y 2,50 mts. de diámetro aproximadamente, de forma circular y de profundidad variable; que puede ir desde los tres o cuatro metros hasta los 50, 60 o más, dependiendo de la región.
En las zonas de secano se lo utiliza como único medio de almacenar agua proveniente de napas subterráneas, que luego son elevadas hasta la boca del pozo por medio de bombas o molinos eólicos y almacenadas, ya en la superficie, en estanques para tal fin.
Su excavación se hacía y aun se sigue haciendo de forma tradicional, con picos, palas y cuñas de acero para perforar la piedra. Es interesante consignar que antes de la excavación del pozo, se suele contar con los servicios de un rabdomante que, gracias a la radiestesia señala el lugar exacto donde cavar.
El jagüel difiere del aljibe por cuanto este último sirve, por lo general, para almacenar agua proveniente de la lluvia. Del mismo modo se los suele "calzar", para evitar derrumbes, con ladrillos u otro material.